viernes, 10 de julio de 2015

ayer

Mañana tengo una entrevista…
En los últimos años, me he enfrentado a  situaciones de evaluación.
Dónde la sinécdoque, de esa evaluación, la calificación o el resultado se vuelve parte de mi propia apreciación personal, a nivel de  estima de admiración. De muchas cosas.
En los 6 años anteriores, he sido evaluado una vez cada septiembre…
Afortunadamente cada septiembre, me doy cuenta de que mejoro en muchos aspectos.
Este año seré evaluado una vez más, mañana seré evaluado.
Como seré evaluado en una semana frente a una montaña y en una distancia para caballos.
Después seré evaluado en  septiembre, en noviembre y en diciembre.
No le temo a ninguna evaluación. A lo que le temo es a mi  autoestima posterior a estos eventos.
Recuerdo que el año pasado, hasta inicios de octubre cuando me dieron el resultado, había sido un hombre más dinámico, más seguro de mí,  incluso de nuevo había vuelto a ser bromista, platicador, dicharachero, había sido también ese médico que siente confianza y seguridad, para despertar autoridad y cumplimiento por parte de mis pacientes.
A veces volteo a ver las carreras de las personas que me acompañaron en la mía. Siento envidia
Siento deseo,  siento muchas cosas. YO SIENTO Y CREO MERECERLO.
Otras veces analizo mi pasado y mis hechos; pensando que no merezco más que el infierno. Y Lo es. Es el infierno volcado ante mis ansias de poder ser mejor terapeuta.
Otros días me levanto positivo y pienso que todo ha sido como debía de ser. Que la victoria y el premio vendrán en su momento, que gracias a todo lo que acontece, en la cronología en la que sucede, tiene una  mágica táctica  que me prepara para ser el gran psiquiatra que siempre he querido ser…
FRUSTRACIÓN-
Hoy te doy una flor, frustración
Está marchita. POR QUE NO LA RIEGAS
Al principio lo más difícil fue acostumbrarse a todo… Tenía que conseguir una casa con un patio grande o con espacio suficiente, iniciaría los trámites de la transportación y mudanza.