Dijo Carlos Salcedo:
Si se llega a dar algo contento, si no, a seguir trabajando...
Llueve, llueve mucho
La semana anterior fuí a un entrevista de trabajo a American Standard,aparentemente me había ido bien
después fuí a otra entrevista con el director dela empresa que realiza el outsourcing. De esa ya no me llamaron. Creo que fué mi dibujo ( era muy malo) tenía hambre y además nunca he sido muy buen dibujante.
He seguido estudiando, a mi ritmo,quizá un poco pausado, con desánimo en ocasiones, en otras con mucha avidez, pero parco, ahora no tan agitado,la incertidumbre.
Todas las noches antes de dormir( o de caer dormido) en las madrugadas, tengo momentos de reflexión personal. En estos días he vuelto a ser agnóstico, he pensado distinto,luego me encuentro a mí mismo pidiendo casi por reflejo
Un buen mes y me da gran gusto,porque llevabámos muchos meses malos.
Pienso si todavía...como me ha ido con ésta historia.
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Se tocó la barba con el borde de la taza, se quitó la pesada comezón de un piquete de zancudo en su túpido mentón.
me hizó pasar.
-Hola Doc,( le dije.)
-Hola Luis, ¿cómo estás?
-No te sorprende mi presencia aquí.
-No ,yo ya viví ese momento, es importante.
Cuando decídí viajar al futuro, nunca esperé que la paradoja temporal fuera ésa.
Me percaté que uno de los extraños motivos de la frustrante y repetitiva realidad. Era esa.
- Acabas de hacer la máquina
(me preguntó)
- Sí ,es increíble... estoy orgulloso
- y lo es, de estar orgulloso y que funcione, además el valor de venir a verme
- es peligroso
-Sí un poco,sobre todo para mí, porque podrías modificarme. Y no podría ni quejarme.
- hay algo de que quejarse?
- Sí, un poco, lo que no se puede cambiar, hay cosas pequeñas que puedes modificar, pero los grandes destinos ,como la vida, los nacimientos,las muertes, a veces ni siquiera el cáncer.
-¿ El cáncer?
-Si, por ejemplo o los accidentes con graves consecuencias, si no la vida consigue las peores condiciones para que se dé el ciclo de la selección natural.
Me dió gustó encontrarme,me dijo que no éramos ni más listos ni mejores en nada, humilde, pero que habíamos logrado el objetivo de vida y que pues bien valía vivirlo todo.
No quiso contestarme muchas preguntas aparentemente simples,pero dijo que esos detalles eran toda la emoción.
Seguía sin usar reloj ni joyas. Usaba una camisa negra, cómoda.
El consultorio se veía bonito, tal vez justo como yo lo tendría, había un balcón y tenía una hamaca y una palmera.
En la pared pude encontrar muchas respuestas, corrió una lágrima o quince mientras observaba,
mi cabello yacía en un marco con un vidrio antireflejante. una enorme trenza. con una correa.
(me estremecí)
Al salir de ahí sentí muy aliviado...
