domingo, 1 de marzo de 2015

Fluye como el agua, pesa como el metal...

Mi abuelo Antonio García Salas trabajaba en la metalúrgica de Torreón, muchos años antes de que yo naciera, lo conocí enfermo y poco fue lo que pudo platicar de su vida laboral.

Hace unos día por primera vez, pude ver la fundicíón del hierro, a unos metros de distancia 1.3 metros, sentir el calor del horno desde 800° hasta 1200-1500°. Un espectáculo volcánico, digno de cualquier pirómano que se precie.

Este semana recibí mi primer pago en la empresa. A la par llegó el aviso por fin, en espera de uno que confirme ...

Vuelven las emociones .los estragos de una ansiedad eterna
la fantasía de una vida
el anhelo de un médico
que interés tiene este hombre
en enrollarse en los remolinos de la deficiencia emocional
del transtorno
de la patología mental
de la cobardía del resto del mundo
para afrontar los arrebatos de la fuerza de la psique
y ¿quien soy yo de nuevo para clasificar?
sino otro paciente

 hoy lo deseo de nuevo
y siempre ha sido mi turbina
en mi presa hidroeléctrica de lágrimas
como mi sufrimiento
pero hoy la vida me lo restrega en la cara
me interroga
me funde
me convierte en esa masa que puede ser moldeada a placer

Y estoy dispuesto
súbito, para derretirme en esa placa
de psiquiátra
y le pido a la vida , a Dios, a quien me escuche
a tí papá.
lo quiero ¿lo saben?

..............................................................................