viernes, 9 de mayo de 2008




Tomaba su versión más atrayente
De su hechicero y sugestivo encanto
El cual doblaba mi intelecto
En distintas y parciales efusiones

Su silueta perpetua en mi ilusión juvenil
Se volvió táctil y real en mi habitación
Desde aquella ocasión
Su personalidad se vuelve evidente
Y mis antiguo yo;
me envidian desmesudaramente

Sobre la piel de la marina
Sus celosos ojos cobre
Que titilan a la luz
De una corona enamorada

Te he respirado sutilmente
En el contorno miel de tus orejas
Y con los dedos presiones pequeñitas
Para no lastimar tu dorso musculoso

Eres el gratín perfecto
Para un sujeto índigo
Y te interpreto humoral,
Como el más azul de las colores

Tomaste mi silente desesperación
Y la trasformaste en sosiego
Esa quietud tranquilizante
Que deseo desde mi cama
A 400 pasos de la tuya.




Por dentro

Siento tu pulso directo
Sobre el más agudo de mis tactos
Pereciendo ante el encanto
de tu espesa nube de humo

Ese color moreno
Que irradia del bronce tinte de tus hombros

Y ronca mi pecho
Susurrando caricias gratas

No me importa la ausencia de música
De notas, de tonalidad, de imágenes
Sólo la magia de explorarte gloriosa

Y me derrito en el intento
De proveerte placer intenso
Romántico, intelectual y eléctrico
Deseando recordar éste momento
De la edición continua de nuestra historia

Compartiendo mi alegría inusitada
Al escucharte pedirlo constante
Y dejo el ensueño inconcluso
Para que esta oscura noche deleites
La presencia y el recuerdo de mi olor.