miércoles, 20 de mayo de 2015

me observé morir..


-¡Tengo ganas de morir...!

Repetía una y otra vez el paciente, confinado a una cama de terapia intensiva, lleno de tubos, de catéteres, de sondas, que medían esto por aquí, esto por allá.

-Más morfina, más analgésicos, más agua, el cómodo; que llevo 1/2 hora orinado encima...

ni siquiera el timbre podría apretar, ni siquiera podría gritar...

¿porqué no había muerto?

todo parecía que tenía que mantenerse así, sin cambios, sin evolución positiva o sombría...luego parecía que no necesitaba análgésicos ,pues ya nada sentía.

De repente entró a la terapia intensiva , una dama, vestida con una falda y un saco gris,y una pequeña corbatilla al cuello.
Detrás de ella dos hombres armados con escopeta y revólver.

EL médico intensivista estaba sentado en el escritorio al fondo de la sala de cuidados intensivos.
Apenas notó que habían entrado y se levantó sorprendido por la escena.

Le dispararon en la espalda , cuando trató de ir por una ventanilla, cerca de la pared. 
Se acercaron a él y le dieron el tiro de gracia en la cabeza.

Yo gritaba y pedía una bala para mí. Me concentré mucho... y desperté en una sala de quirófano.

Me estaba extrayendo la bala de la cabeza y de la espalda.

Me había posicionado en un cuerpo tal vez más deteriorado que el que había sido mío.

Volví a la terapia en un cubículo contiguo, al que estaba mi antiguo cuerpo.
lo ví ( O BIEN ME VÍ).
Este cuerpo aún podía mover el cuello y la cabeza.Incluso sentía los pies, las manos. podía sentir hambre, sueño e incluso ganas de orinar.

Pasaron algunas horas, cuando no hubo personal, fuí al cubículo y desconecté el respirador de mi antiguo cuerpo...
Me toqué la cara, el pecho, el mentón. Me agaché a darle un beso a mi cuerpo. me observé morir...